-->

miércoles, 9 de marzo de 2011

Tonta e ilusa

De repente lo encuentras, y crees que no hay nada más a tu alrededor. Estás contenta, eres feliz, te olvidas de todo. Piensas que ha sido cosa del destino, ha sido una casualidad maravillosa, que aquello que un día soñaste se hizo realidad. Lo ves todo de color, flotas en una nube, continuamente. Parece que todo gira a tu favor, hasta aquello que ni pensabas que se pusiera de tu parte. Todo es bueno, todo está bien. Sí, lo está. Hasta que te das cuenta. De repente alguien te cierra las ventanas, tranca las puertas y te quedas sola y a oscuras. ¿Qué haces? Te mueves... Caminas en la oscuridad perdida, sin saber a dónde ir, sin poder ver nada. Y te topas con algo, te tropiezas, te chocas, te caes. Y te vuelves a levantar, intentas buscar el interruptor de la luz... Te vuelves a caer. Lo encuentras, enciendes la luz. Y te das cuenta. Te das cuenta de las ilusiones creadas y que en ese instante se desvanecen. De todo lo pensado, ya no está. ¿Y de él? ¿Qué es de él? No está. ¿Por qué? No lo sé. Y te sientes mal. Mal con él, con todos, contigo misma. ¿Por qué? ... Sigo sin saberlo. ¿Cuándo aprenderé? ¿Para qué engañarme? No sabría decirte, no sé explicarme por qué. Ahora mismo te necesito. No, no te necesito. Necesito que me saques una sonrisa, quizás un abrazo. Pero nada más. No quiero besos. No me beses. Bueno, uno solo. Un sólo beso. Uno en el que me comprendas. En el que me hagas sentir, como siempre, que no estoy sola. Un último beso, donde sientas todo lo que he callado. Quizás es eso lo que quieres. Quizás no. Es bastante confuso. Realmente no puedo modelarte como quisiera, tú a mi tampoco. No es eso lo que quiero. Ojalá pudieras entenderme. Ojalá me entendieras con una sola mirada, con un sólo gesto. Pero no puedo pretender que lo hagas. ¿Entenderme? Puedes hacerlo si te place. Igual que todo. Creo que todos tenemos el derecho de hacer lo que queramos. No, no pretendo nada. Al contrario. Al fin y al cabo, no soy buena en explicarme. Pobre ilusa... sí, eso es lo que soy, una ilusa, como siempre.
Fuiste una bendición, ¿ahora? No lo sé... ¿Qué quieres ser ahora?

No hay comentarios: